La obra de cabecera es propiedad de la pintora naif Aniko Szabo y se llama Campo. Es la obra que más me agrada de todas las suyas. Melan

martes, 20 de octubre de 2009

EL SECRETO

Esta es la historia de dos niñas, ambas tenían 10 años, ambas vivían en la misma casa aunque no eran ni hermanas, ni primas, ni amigas, bueno, es un poco difícil de explicar, y jamás se imaginaron que alguna vez se conocerían, pero sí, se conocieron y nunca jamás se olvidaron una de la otra.
Una de ellas se llamaba Rocío, vivía con sus padres y su hermano, sus padres trabajaban los dos asi que ella iba y volvía de la escuela en micro. Le gustaba mucho andar en bici y escuchar música con sus MP3, Teen angeles era su música preferida, casi diría la única, siempre los llevaba puestos  a pesar de las advertencias de sus padres, sobre llevarlos puestos mientras rodaba su bici.
Uno de esos días se dio cuenta a mitad de camino que olvidaba nada menos que su tarea, por la que su maestra seguramente le pondría una mala nota si no la presentaba, así que no dudó, viró su bici hacia atrás y volvió a su casa.
Subió volando las escaleras de su casa hasta su habitación y de pronto...sintió un leve ruido, no pudo distinguir bien de qué se trataba, buscó un poquito y Ayyyyyyyyyyyyy!!!! gritó asustada mientras frente a ella gritaba de igual modo una niña muy semejante a ella en edad y figura pero vestida de una manera peculiar. Se encontraba como aturdida, buscando algo en su escritorio pero la miraba a Rocío con desesperación porque no entendía nada de lo que allí había y parecía no encontrar lo que buscaba.
Rocío le preguntó quién era y qué hacía allí, la niña la miraba entre aterrorizada y sorprendida y no atinaba a decir palabra, al mismo tiempo, Rocío la observaba y veía que estaba vestida de una manera un tanto rara. Su ropa era igualita a las antiguas figuritas con que su hermana mayor jugaba de chica, tenía unas especies de botas, un vestido fruncido en la cintura, un delantal! sí como si estuviera en la cocina y en la cabeza llevaba una especie de sombrero de tela con puntillas que le cubrían el casco de su cabecita pero dejaban ver sus larguísimas trenzas doradas. Era pecosa y pelirroja y sus ojos muy verdes.
Cintia mientras miraba insistía en el interrogatorio, hasta que la niña al fin le dijo con un grito,
-"¡Me llamo Mercedes, estoy en mi casa, pero no reconozco nada de lo que hay aquí y no encuentro ninguna de mis cosas!"
-¿Cómo tu casa le dijo Rocío? Esta es mi casa y estas son mis cosas yo no sé qué hacés vos aquí pero vas a tener que irte.
-¡Claro que tengo que irme pero a la escuela dijo Mercedes, seguramente ya perdí la carreta y mi madre se enojará cuando vuelva de la tienda!
-¿De qué carreta hablás y de qué tienda?, dirás el micro y el supermercado
-¿Y eso que es? No entiendo lo que decís, no te entiendo...
-Yo tampoco a vos, pero a ver,  empecemos por el principio.
-¿Como llegaste aquí?
-No llegué!, yo vivo aquí,  simplemente estaba en mi cuarto haciendo mi tarea cuando un trueno hizo un gran  estruendo, yo asustada puse mis manos en mi cara y la apoyé sobre el escritorio.
-Y luego?
-Luego pasó el trueno levanté la cabeza y vi mi cuarto todo cambiado como está ahora...
Rocío decidió hacer algo, abrir las ventanas y mostrarle a Mercedes su barrio....Cuando lo hizo Mercedes casi se desmaya, no! no! Noooo! gritaba, qué son todas esas casas y dónde está el corral? y las ovejas? y donde estaba la tranquera? Y el camino? ahora era un camino que parecía una cinta gris, qué pasaba por favor!!
Fue Rocío quien se dio cuenta, atinó no sin cierto miedo a preguntarle en que año vivía ella a lo que Mercedes contestó, qué pregunta por supuesto que 1809....Esta vez la que casi se desmaya fue Rocío.
Bueno, allí pensó que ese día no debería ir  a la escuela, algo mucho más importante la retendría en su casa algo que según ella supiera no le había pasado a nadie, Mercedes había viajado en el tiempo exactamente 200 años y probablemente fue el gran trueno que ecuchó el que originó esa peculiaridad.
Así es que trajo té calentito y galletitas y se dispuso a explicarle a Mercedes qué había sucedido, que eso que ellas estaba viviendo era algo único en la historia y que probablemente deberían esperar a la próxima tormenta para revertir la situación y que todo vuelva a su estado normal.
Mientras tanto no podrían perder la oportunidad de contarse miles de cosas que dos niñas de esa edad pueden contarse aunque vivan a 200 años de diferencia.
Estuvieron toda la tarde conversando animadamente, mientras Rocío le mostraba todas las genialidades electrónicas habidas y por haber, cuando en un momento se acercaron a la ventana y vieron que el cielo se hallaba encapotado y por la tele anunciaban fuertes tormentas, las dos niñas se miraron y se abrazaron fuerte, pronto se separarían seguramente, pero ninguna de ellas olvidaría nunca tan hermosa experiencia.
Y mientras duraba ese abrazo el trueno se produjo, se apretaron más fuerte que nunca, pero al abrir los ojos, en casa de Rocío ya no estaba Mercedes, sus bracitos estaban vacíos, y en casa de Mercedes, sucedió lo mismo, miró sus brazos y Rocío no estaba pero se consoló porque enocontró toda su habitación tal cual la había dejado.
Se asomó a la ventana y desde allí divisó a su padre a lo lejos que ya traía las ovejas de vuelta al corral. Todo había vuelto a la normalidad. Eso sí, con 200 años de diferencia las dos niñas se preguntaron a sí mismas, "¿alguien me creerá esto?, no creo, dirán que estoy loca, será un secreto entre nosotras dos."

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